Me hice una cuenta en Facebook por ver un poco de que iba. Se me olvidó que la tenía. No llego al blog, como para ocuparme de buscar y relacionarme con conocidos por la red, de buscarlos habría que hacerlo en la vida real ¿no?.
Hace unos días me llego un aviso porque alguien (conocido mio) me había "encontrado" y quería unirme a sus "amigos". Por supuesto que acepte, pero inmediatamente que me dió una especie de panico.
¿Por que alguien puede localizarme según mi perfil y mandarme mensajitos?. ¿Qué hacen mis datos puestos en un panel público (muy basicos los datos, pero están) a disposición de la gente?.
Solución a la crisis: Dada de baja la cuenta de Facebook que, recuerdo, ya no estaba en mi memoria haber dado de alta. Pero, buscando información sobre como dar de baja la cuenta, que es un "puñao" difícil por cierto, me encuentro con un artículo de una revista colombiana que explica de que va un poco esto del "feisbuq".
Os lo pongo tal cual, son los últimos parrafos del artículo, pero por si solos mantienen su sentido didáctico sobre este "engendro" que son las redes sociales. No es que sea mas o menos que los miles de datos que vamos dando en contratos, bancos, etc.. Pero es que aqui uno los deja voluntariamente, sin una necesidad objetiva real y encantado de la vida.
LEEDLO, POR FAVOR.
Aún si no compran la idea de que Facebook es un híbrido, extensión de un programa imperialista cruzado con una herramienta masiva de recolección de información, no se puede negar que, como negocio, es absolutamente genial.
A sus dueños, les basta con sentarse a ver cómo millones de adictos a Facebook ofrecen de forma voluntaria información sobre su identidad, fotografías y listas de sus objetos de consumo favoritos. Esta gigantesca base de datos es vendida a los anunciantes, como dice Zuckerberg, “para tratar de ayudar a la gente a compartir información con sus amigos sobre las cosas que hacen en la red”. El pasado 6 de noviembre Facebook anunció que 12 marcas globales –Coca-Cola, Blockbuster, Verizon, Sony Pictures y Conde Nast, entre ellas– se habían unido a Facebook.
“Compartir” es la palabra de Facebook para “publicitar”. Admita en Facebook que le gustó una película y apenas salga una película similar, puede estar seguro de que le enviarán un aviso.
Lea la política de privacidad de Facebook y se dará cuenta de que prácticamente no existe. Facebook parece más un regimen totalitario virtual, ideológicamente motivado, con una población que crece unos dos millones de personas por semana y que ya ha superado los 60 millones. Thiel y sus socios han creado su propio país. Un país de consumidores.
Puede que Facebook sea un experimento genial, pero tal vez usted no quiera formar parte de un proyecto cuyo fin es crear una república virtual global, donde usted y sus relaciones con sus amigos son convertidos en bienes que se venden a las grandes marcas globales.
A QUE ACOJONA......
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