lunes, 21 de diciembre de 2009

ESCRIBO POCO, YA LO SE.

ME DOY EL GUSTAZO DE PONER AQUI LA RESPUESTA QUE ME HAN DADO AL EJERCICIO NUMERO 3 QUE ENVIE PARA IR COMPLETANDO EL CURSO QUE ESTOY A PUENTO DE TERMINAR. ¡¡QUE SI NO ESCRIBO ES POR ALGO¡¡. PERO AL MENOS VA MERECIENDO LA PENA


Calificación: 95,00 / 100,00
Hola José Antonio:
muchas gracias por el ejercicio.

Por un lado, agradezco mucho el tono directo y personal, como si estuvieras dialogando conmigo. Por otro, si tuvieras que presentar esto como un proyecto, imagino que tendrás claro que tendrías que ponerlo todo en un tono impersonal y hacer desaparecer el tono de diálogo personal.

Por otro lado, también me agrada mucho que le busques los peros y los fallos al planteamiento y que tengas la honestidad de reconocer que no les has encontrado respuesta por el momento.

Un ejercicio muy fresco y que transpira implicación por los cuatro costados. Tal vez le falta una pizquita de profundidad, pero la salvas con creces con lo intenso de tu proceso de reflexión.

Muchas gracias, un placer leerte.
Nuria

viernes, 4 de diciembre de 2009

¿LO SABÍAS? ¿QUÉ OPINAS?

Un día en que Dora Dymant y Kafka paseaban por un parque de Berlín encontraron a una niña llorando desconsolada porque había perdido su muñeca. Kafka se acercó, la consoló y le dijo que la muñeca se había ido de viaje, pero que había escrito una carta y él la tenía en su casa. Kafka escribió esa noche la carta y al día siguiente se la leyó a la niña en el parque. Y así durante tres semanas en que Kafka escribió con verdadera dedicación las cartas de la muñeca, cartas en las que poco a poco iba convenciendo a su destinataria de que la muñeca estaba bien y de que finalmente, tras casarse, había encontrado la felicidad.

La anecdota es absolutamente real y ha sido trasladada a una novela por Jordi Serra i Fabra (por si os interesa). Lo que a mí me llama la atención es pensar en un adulto que dedica tres semanas a escribir esas cartas para evitar el disgusto de la niña. No se qué adulto en nuestro mundo esta dispuesto a salir de eso, de su mundo, para bajar al nivel de una niña que necesita que la acompañen en un proceso de perdida, aunque sea de una muñeca.
Y esto dicho en un momento en el que tengo la maquina de fabricar castigos calentita, calentita, pues me jode especialmente, porque tengo la seguridad de que somos mas responsables de los que nos gustaria de como trasladamos nuestra ansiedad de adultos al mundo de los crios, en lugar de que sus ilusiones nos empapen y nos ayuden a acompañarles en sus procesos.
Aquí lo dejo.....

jueves, 3 de diciembre de 2009

HECHO VERIDICO DE VERDAD

Suena el teléfono en casa de la familia Pérez Uliaque. Lo coge Diego (7 años):
- Siiiiiii....
- Dieguete, corazón, soy Majo. ¿Se puede poner mama?.
- No, no puede. ESTÁ CAGANDO.
(Se oye una voz a lo lejos).
-¡¡¡¡DIEGO¡¡¡. ¡¡¡SE DICE QUE NO SE PUEDE PONER¡¡¡ ¿¿¿QUIEN ES???
- Es Majo.
- Nada Diego, dile a mama que luego la llamo.

CRIATURITAS.